Estilo japonés en la decoración de interiores

¿Quieres que tu casa inspiren paz y tranquilidad? Es tan sencillo como introducir en tu hogar algunas de las pautas que nos marca el estilo japonés.

Si has visitado alguna vez Japón sabrás bien de qué te hablo. Y si no, siempre tienes la oportunidad de hacerlo con el buscador Expedia España para vuelos baratos y conocer de primera mano la cultura nipona. Tanto en las casas tradicionales japonesas, como en los hoteles y establecimientos de cualquier lugar del país, puedes comprobar como se repiten los diferentes elementos decorativos propios de este estilo.

Si quieres conocer un poco más sobre ello y coger ideas, toma nota de cuales con las claves principales de este estilo.

Muchas veces oímos hablar del lo «zen», pero no sabemos muy bien en qué consiste. El zen, que es el nombre de una escuela budista, significa meditación. Trasladado a la decoración, es la manera de distribuir los espacios para encontrar la perfecta armonía.

Este es uno de los puntos esenciales que hay que tener en cuenta a la hora de decorar interiores de este estilo.

Para respetar el equilibro zen lo ideal es encontrar espacios confortables, sosegados y con un toque de elegancia. Lugares que nos transmitan, sobre todo, buenas energías.

Otra de las características de esta filosofía oriental, es el minimalismo.

El estilo zen apuesta por las lineas puras, espacios amplios y claros. Estancias donde se estudia al detalle la ausencia de lo innecesario, uno de los fundamentos del estilo japonés. Se intenta evitar que las estancias contengan objetos, muebles o accesorios superfluos.

No hay que confundir el estilo japonés con el estilo oriental. Es estilo zen se rige por ser sobrio, natural y sencillo, como los propios japoneses, ordenados y austeros. Por ello la sencillez y las líneas rectas suelen primar por encima de todo.

Como hemos citado en el párrafo anterior, la naturaleza también juega un papel importante en este estilo. Aporta ese toque minimalista y sencillo que se requiere.

Materiales naturales como el cristal, la piedra o la madera (especialmente de haya y bambú), y fibras como el algodón y el lino son los más utilizados.

El blanco, el beige, el gris o el marrón claro, son tonos neutros que inspiran paz y tranquilidad. Para romper con la monotonía se suelen introducir pequeños toques de color, cuidando no perder la armonía cromática que buscamos.

En cuanto al mobiliario, tiende a ser de poca altura y de materiales naturales. Muchas de las actividades diarias de los hogares japoneses se hace en el suelo. Por lo que los muebles deben respetar el fundamento zen para estar acorde con la estética.

El suelo normalmente es de madera o piedra natural, y se cubre con tapices, alfombras de pelo largo y cojines, que dan calidez a los espacios. Todo ello para máxima comodidad de los miembros de la familia y sus invitados.

La iluminación es esencial para crear un ambiente armónico y agradable.

Suele ser una iluminación indirecta, con lámparas de pie o apliques de diseño muy sencillo. Muy características de este estilo son las de pantalla de papel de arroz.

Para conseguir una estética zen, los accesorios decorativos debe ser pocos y bien elegidos.

Los más comunes para aportar sensación de equilibrio y relajación son las velas, faroles, figuras budistas, fuentes de piedra, aromas esenciales, etc.

Igualmente, no puede faltar el toque floral de las ikebanas. Y la incorporación de otros elementos naturales como ramitas con flores de cerezo, bonsais o bambú.