Damajuana, un recipiente con una curiosa historia detrás

Hoy quiero dedicar el post a una señora, una señora muy anciana que ha vuelto con fuerza y marcando tendencia. Igual podéis encontrarla sobre el alfeizar de una ventana, en una mesita de café o en los peldaños de una escalera… su nombre es DamaJuana.

Este recipiente de vidrio y forma esférica que sirve para almacenar líquidos, tiene una capacidad que puede variar entre 10 y 40 litros. Antiguamente se utilizaban para trasladar y almacenar vino y licores e iban forradas de mimbre o esparto y con asas para poder moverlas con facilidad.

Son varios los orígenes que se le atribuyen a la Damajuana, uno de ellos cuenta como anécdota que en el S. XVI la reina Juana I de Nápoles, tras refugiarse de una tormenta en el taller de un vidriero en la aldea de Grasse, se interesó por el proceso de fabricación de unas botellas. Tal fue su interés que el maestro decidió inflar una de enormes proporciones, quizás para lucirse ante la soberana. En honor a ella decidió bautizarla como «Reine Jeanne», a lo que la reina apostilló que era más adecuado llamarla «Dame Jeanne». Otra leyenda lo remonta al S. XVI donde los marineros del sur de Francia llamaban en tono jocoso Dame-Jeanne a las botellas gruesas de 10 a 20 litros, comparándolas con mujeres barrigudas.

Sea cual sea el origen de la palabra, hay que reconocer que la Damajuana tiene un encanto especial, bien sea por su aspecto decadente, o porque a pesar de ser una pieza de grandes dimensiones la transparencia y las diferentes tonalidades del vidrio, le dan un aspecto de ligereza y fragilidad que encaja a la perfección en cualquier espacio.

Sola o en un conjunto, en espacio modernos o en interiores más rústicos, adornado un patio o una terraza, usándola como jarrón, lámpara o simplemente como un elemento decorativo más, la Damajuana es tan versátil que cualquier lugar es bueno para tenerla expuesta. Hoy en día es una pieza muy buscada y con suerte todavía pueden encontrarse originales hechas de vidrio soplado en mercados de antigüedades, almonedas o anticuarios, incluso puede que seas uno de esos privilegiados que atesore una de herencia familiar.