El amarillo es el color del sol, de la luz. Simboliza la fuerza, el estimulo y la voluntad, así que por todo ello se ha convertido en uno de mis tonos favoritos últimamente.
Es un color del que solemos rehuir por lo atrevido y llamativo que es. Pero no prescindas de él, porque utilizado con moderación y en pequeñas cantidades te va a aportar vitalidad a cualquier espacio.
¿CÓMO INTEGRARLO?
Si bien es cierto que no escogería un amarillo chillón para pintar una habitación entera, si que me parece interesante incorporarlo en pequeñas pinceladas.
Como vas a ver, hay muchísimas maneras de integrarlo en la decoración. A través de una pieza de mobiliario, un complemento decorativo o resaltando una zona de la habitación.
Fíjate en la chimenea amarilla, quizá en madera no llamaría tanto la atención. Sin embargo, pintada en amarillo llena de luminosidad el espacio y se convierte en el punto focal de la habitación.
Otra idea que me parece genial, es pintar una puerta o el marco de una ventana ¿te atreverías a hacerlo en tu casa?
¿CON QUÉ TONOS COMBINA MEJOR?
El amarillo como color primario combina muy bien con los rojos y azules. También con su complementario, el morado.
Si quieres acertar de lleno, mézclalo con toda la gama de colores fríos, verdes, grises y negros ¡éxito asegurado!
Si te digo la verdad, mi combinación preferida es la formada por amarillo – verde agua.
Esta paleta de colores combinada con el blanco, le resta fuerza y crea una composición muy equilibrada y luminosa, como puedes ver a continuación.
Imágenes: Pinterest.
Como ves, al final no es un tono demasiado complicado. Solo hay que saber de qué manera y con que otros colores casa muy bien.
Espero que si eras reticente a este color, con toda la inspiración del post de hoy, hayas cambiado de opinión 😉
¿Le vas a dar una oportunidad al amarillo?
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