De niña siempre soñaba con tener una de esas casas de muñecas que veía en los escaparates de las tiendas. Tuve inmensa suerte que un año los Reyes Magos me regalaron una.
Se convirtió en uno de mis juguetes preferidos, creo que entonces ya apuntaba maneras porque me pasa horas y horas poniendo y quitando muebles…