Uno de los retos más difíciles pero a la vez más bonitos a los que me he enfrentado ha sido decorar un miniestudio. Cuando digo difícil, me refiero al hecho de distribuir el espacio al milímetro para sacarle el máximo partido.
Cuando un diseñador de interiores y un estilista de moda fusionan sus dos universos creativos, es imposible que no surja un espacio tan personal como este ecléctico loft situado en el distrito de Dumbo (Down Under Manhattan Bridge Overpass), el nuevo epicentro artístico, creativo y tecnológico de Brooklyn.
Este barrio se ha convertido en el nuevo Soho gracias a la reconstrucción y rehabilitación de antiguos edificios decimonónicos en espaciosos lofts y apartamentos, donde artistas y diseñadores han establecido allí sus galerías de arte, estudios de diseño, tiendas y espacios de moda.
Martin Bourne y Leilin López son propietarios y artífices de la transformación de uno de estos lofts en un acogedora vivienda de 280 m² que ellos mismos definen como de «romanticismo vintage« por el predominio de tonos pasteles en las paredes y la escogidas piezas de mediados de siglo que la decoran, muchas de ellas adquiridas en tiendas de segunda mano y mercadillos de antigüedades.
Un lugar que mantiene su carácter industrial de paredes de ladrillo, techos infinitos, vigas y columnas de madera e instalaciones a la vista; un espacio totalmente diáfano donde la zona de estar, el estudio, la cocina y el comedor se limitan visualmente por los diferentes colores y texturas de las paredes y el mobiliario sirve de separación de las distintas zonas.
El sofá de George Nelson que preside el hall, las Rocking chairs de Eames en la cocina o las clásicas sillas de madera y cuerda de Hans Wegner en el comedor, conviven con otras piezas de diseño más contemporáneo, con coloridas obras de arte e infinidad de objetos decorativos traídos de diferentes partes del mundo.
Uno de mis espacios preferidos de este loft es la zona que han habilitado como estudio, los tableros apoyados en los caballetes de madera como mesa de trabajo, el tono blanco del ladrillo y el azul cielo de la pared forrada de madera de donde cuelgan cuadros, fotografías y souvenirs lo convierten en un lugar luminoso, ligero y extremadamente ecléctico.
Imágenes: AD, Properlocations.
¿Vivirías en un espacio tan ecléctico como este loft?
Hoy nos trasladamos a una de esas maravillosas viviendas que nos hacen desearlas nada más verlas, y entenderéis el por qué… Este impresionante loft situado en el bohemio barrio de Jordaan en Ámsterdam pertenece a Marius Haverkamp, arquitecto y diseñador de interiores del estudio holandés Flow Works.
Haverkamp experto en reconvertir antiguas fábricas en espacios habitables, no dudo ni un momento en adquirir un ruinoso almacén y transformarlo en lo que hoy es su actual residencia familiar y estudio de su mujer Emily Gray, creadora de la firma de ropa infantil Gray Label.
Este espectacular loft de arquitectura moderna, combina elementos de carácter industrial (la pared de ladrillo visto, el suelo y las encimeras de hormigón pulido, la carpintería de acero y vidrio o los frentes de madera recuperada de la cocina) con muebles de estilo más clásico y tradicional.
Muchas de las piezas son de herencia familiar, adquiridas en mercados de antigüedades, o originarias de países exóticos como la espectacular lámpara de araña de barro negro y origen africano que protagoniza la zona de comedor o la cama balinesa con dosel del dormitorio principal.
La distribución del loft gira en entorno a un maravilloso patio interior, lleno de vegetación y ajeno a miradas indiscretas, el cual abastece de luz natural a todas las estancias de la casa.
En la planta baja completamente diáfana, se sitúa la cocina-comedor y el living donde se desarrolla principalmente la vida familiar y junto a la puerta de entrada se ha creado un espacio dedicado exclusivamente como zona de trabajo y atelier para la firma de Emily. En la planta de arriba, en un ambiente más tranquilo y con una decoración más neutra en tonos y maderas claras, se ubican los dormitorios de la pareja y sus hijos pequeños.
En definitiva, una vivienda muy ecléctica, llena de detalles personales, con todo el encanto y singularidad de un loft de estas características y al alcance de unos pocos privilegiados.
Vía: Milk Magazine / Imágenes: Louise Desrosiers
¿Os gusta el estilo del loft del arquitecto Marius Haverkamp?
El arquitecto y diseñador de interiores Grégoire de Lafforest fue el encargado de rehabilitar un viejo almacén situado en la Rue Voltaire de la capital francesa y transformarlo en una peculiar y sorprendente vivienda llena de luz y elementos naturales.
Jugando con distintos volúmenes y aprovechando la amplitud del espacio y la altura de techos, Lafforest creó varias estructuras en forma de casitas de madera de varios tamaños en torno a las que se distribuyen las distintas estancias del loft y con tres colores de referencia para la decoración del mismo, blanco, gris y amarillo mostaza.
Su idea de integrar la vegetación en el ambiente y crear una especie de microclima en el interior de la vivienda, le llevó a incluir un árbol en medio de la zona de estar, creando la sensación de estar en plena naturaleza, en medio de un bosque mediterráneo rodeado de cabañas. El uso de la madera en los acabados y en el mobiliario ayuda a potenciar la calidez que se pretende.
Aprovechando la luz natural que proporciona la gran claraboya en la zona de estar, el arquitecto proyectó una estructura a modo de invernadero en aluminio de color negro y situó allí la cocina, equipándola con sencillos muebles de Ikea, demostrando una vez más que la creatividad no está reñida con el diseño low-cost.
El loft está decorado con piezas de diseño contemporáneo, muchas de ellas del propio Lafforest, como la jaula de pájaros «Archi Bird» o la lámpara «Olab» y con mobiliario customizado, como el mueble del recibidor que se ha creado a partir de unos módulos e Ikea y al que ha colocado un sobre de mármol dándole un aspecto totalmente diferente y original.
Los dormitorios se ubican al fondo de la estancia, enlazándose entre sí la diversas estructuras de madera y siguiendo el patrón de tejado a una sola agua. Cada estancia tiene una personalidad diferente, la utilización de los diferentes acabados y texturas, la mezcla de colores, el papel pintado o las piezas singulares dan un magnífico ejemplo de equilibrio ecléctico y sofisticado.
¿Qué os ha parecido el interiorismo de Lafforest?
Fotografías: Living Agency
Hoy nos colamos en la vivienda que el actor y director de cine Gustavo Salmerón tiene en Madrid. Un magnífico espacio de 180 m2 dividido en dos plantas.
El propietario lo define como una mezcla entre loft neoyorquino con un punto de decadencia berlinesa y aire tropical.
Un peculiar loft de estilo retro–industrial donde toda clase de revestimientos se mezclan entre sí. El cemento bruñido del suelo o el hierro oxidado de las vigas, conviven con una exuberante vegetación que lo transforma en un oasis en medio de la ciudad.
Con una decoración ecléctica, donde se mezclan piezas icono de los años 50 y 60, muebles de segunda mano y material de derribo, lo convierten en un espacio sumamente teatral.
En este espacio ningún elemento tiene una ubicación determinada, todo es intercambiable y se puede mover en función de las necesidades de cada momento.
Quizá sea por su aire decadente, su luminosidad o por esa atmósfera escenográfica que lo envuelve, pero imagino que en cualquier momento se encienden los focos, alguien baja la claqueta y grita.. ¡Luces, cámara y decor-acción!
Vía: AD
¿Es o no es de cine la casa de Gustavo Salmerón?
De vez en cuando ojeando blogs y revistas de decoración uno se encuentra con espacios que te llaman especialmente la atención. Son diferente al resto, te cautivan, y eso es lo que me ha sucedido con la vivienda – estudio de Manolo Yllera, uno de los más prestigiosos fotógrafos de interiores que tenemos en este país.
¡Buenos días! hoy os quiero enseñar un proyecto que me ha gustado especialmente por su solución inteligente y creativa a la falta de espacio. Este loft minimalista y funcional situado en Camden Town fue diseñado por el estudio Craft Design, y una de las prioridades de los arquitectos fue maximizar el tamaño de una antigua oficina de apenas 56 m2 y convertirla en vivienda, adaptándola al estilo de vida londinense y dotándola de todas las comodidades posibles.
El reto consistió en replantear el espacio disponible creando en el centro un estructura en forma de cubo que serviría de núcleo para la distribución de toda la vivienda. Aprovechando la gran altura del techo y la forma del tejado a tres aguas, se creó una enorme librería llena de cubículos de arriba a abajo que abarca toda la pared frontal, y que integra a su vez la cocina en una parte y la escalera de subida al altillo en otra.
En la zona de cocina-comedor, se aprovechó uno de los laterales del cubo para empotrar parte de los electrodomésticos y la cafetera. La encimera de madera de la cocina, el frente de cristal negro, la mesa redonda y las fabulosas sillas de la mid century proporcionan un toque ecléctico que rompe con el minimalismo de líneas rectas y tonos neutros del resto de la estancia. En el interior se proyectó un armario vestidor y el baño, una habitación aprovechada al máximo en que la combinación de los azulejos blancos y amarillos y el cromo de los accesorios le aportan un aspecto limpio y luminoso a un espacio tan reducido.
La zona de estar se encuentra en el lado derecho del cubo, y siguiendo con la particularidad de este loft, se integraron los peldaños de la escalera como si huecos de la librería se tratasen. En la parte de arriba se situó el dormitorio y una zona de trabajo, donde las paredes de color blanco, el suelo de madera clara y la luz que entra a raudales por ventanas y claraboyas dan sensación de más amplitud y hacen que el interior sea cálido y acogedor.
Os dejo un vídeo con el proceso de montaje de parte de la librería que está curioso, ¡pasad buen día!
[vimeo http://vimeo.com/71353339]
Vía: www.craftdesign.co
¿Viviríais en un loft minimalista como este?
Este increíble loft es un claro ejemplo de cómo dos estilos aparentemente opuestos como son el industrial y el shabby chic pueden encajar a la perfección.
Situado cerca de Barcelona, este espacio era en sus inicios una antigua casa familiar con tejado a dos aguas, pero sus actuales propietarios, una pareja joven con dos niños, la reformaron y acondicionaron adaptándola a sus necesidades actuales.